viernes, 4 de mayo de 2012

La musica y sus generos


  MONOGRAFIA
INTEGRANTES:
DANIELA SUAREZ RUIZ
KAREN MANCERA SOLIS

INTRODUCCION:
Bueno nosotras decidimos hacer esta monografía pues nos interesa hablar y a la vez transmitirle información a otra gente sobre el tema de la “música y sus diferentes géneros”.
Decidimos hacerlo sobre este tema ya que existen varios géneros de música, y mucha gente se dedica a criticar algunos géneros de música, pero en si no saben toda la historia de la música y sus diferentes géneros.
Al final daremos una pequeña conclusión, y daremos a conocer nuestros puntos de vista sobre este tema.
Para empezar daremos a conocer una pequeña definición de monografía.
¿QUE ES UNA MONOGRAFIA?
Desde el punto de vista etimológico la palabra monografía proviene de dos voces griegas: mono que significa único, y grafe, escritura, por lo tanto es un estudio particular profundo o exhaustivo de un autor, de un tema, o asunto particular.
Es de carácter descriptiva, porque su objetivo no es explicar fenómenos, ni solucionar problemas, se limita a describir.
Es un estudio exploratorio, ya que proporciona información preliminar, detecta algunas tendencias y aporta información de base para la formulación de proyectos de investigación científica.
PASOS PARA ELABORAR UNA MONOGRAFIA
·      Primer paso: la elección del tema, es el punto de partida, se considera el paso mas importante.
·      Segundo paso: búsqueda de la información una vez elegido y delimitado el tema es necesario buscar todas las fuentes de información sobre el mismo. Elaboración del plan de investigación, es el documento orientador de la investigación y puede sufrir los cambios necesarios.




¿QUE ES LA MUSICA?
La música (del griego: μουσική [τέχνη] - mousikē [téchnē], "el arte de las musas") es, según la definición tradicional del término, el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos. El concepto de música ha ido evolucionando desde su origen en la antigua Grecia, en que se reunía sin distinción a la poesía, la música y la danza como arte unitario. Desde hace varias décadas se ha vuelto más compleja la definición de qué es y qué no es la música, ya que destacados compositores, en el marco de diversas experiencias artísticas fronterizas, han realizado obras que, si bien podrían considerarse musicales, expanden los límites de la definición de este arte.
La música, como toda manifestación artística, es un producto cultural. El fin de este arte es suscitar una experiencia estética en el oyente, y expresar sentimientos, circunstancias, pensamientos o ideas. La música es un estímulo que afecta el campo perceptivo del individuo; así, el flujo sonoro puede cumplir con variadas funciones (entretenimiento, comunicación, ambientación, etc.).

PARAMETROS DEL SONIDO
La música está compuesta por dos elementos básicos: los sonidos y los «silencios».
El sonido es la sensación percibida por el oído al recibir las variaciones de presión generadas por el movimiento vibratorio de los cuerpos sonoros. Se transmite por el medio que los envuelve, que generalmente es el aire de la atmósfera. La ausencia perceptible de sonido es el silencio, aunque es una sensación relativa, ya que el silencio absoluto no se da en la naturaleza.
El sonido tiene cuatro parámetros fundamentales:
·  La altura es el resultado de la frecuencia que produce un cuerpo sonoro; es decir, de la cantidad de ciclos de las vibraciones por segundo o de hercios (Hz) que se emiten. De acuerdo con esto se pueden definir los sonidos como "graves" y "agudos". Cuanto mayor sea la frecuencia, más agudo (o alto) será el sonido. La longitud de onda es la distancia medida en la dirección de propagación de la onda, entre dos puntos cuyo estado de movimiento es idéntico; es decir, que alcanzan sus máximos y mínimos en el mismo instante.
·  La duración corresponde al tiempo que duran las vibraciones que producen un sonido. La duración del sonido está relacionada con el ritmo. La duración viene representada en la onda por los segundos que ésta contenga.
·  La intensidad es la fuerza con la que se produce un sonido; depende de la energía. La intensidad viene representada en una onda por la amplitud.
·  El timbre es la cualidad que permite distinguir los diferentes instrumentos o voces a pesar de que estén produciendo sonidos con la misma altura, duración e intensidad. Los sonidos que escuchamos son complejos; es decir, son el resultado de un conjunto de sonidos simultáneos (tonos, sobretonos y armónicos), pero que nosotros percibimos como uno (sonido fundamental). El timbre depende de la cantidad de armónicos o la forma de la onda que tenga un sonido y de la intensidad de cada uno de ellos, a lo cual se lo denomina espectro. El timbre se representa en una onda por el dibujo. Un sonido puro, como la frecuencia fundamental o cada sobretono, se representa con una onda sinusoidal, mientras que un sonido complejo es la suma de ondas senoidales puras. El espectro es una sucesión de barras verticales repartidas a lo largo de un eje de frecuencia y que representan a cada una de las senoides correspondientes a cada sobretono, y su altura indica la cantidad que aporta cada una al sonido resultante.
FILOSOFIA Y ESTETICA DE LA MUSICA
Es la disciplina que se ocupa del estudio histórico de las distintas formas en las que se ha entendido la música, es decir, de la evolución histórica del concepto "música".
A lo largo de la historia, han sido diversas las maneras en las que los compositores y escritores que se han ocupado de la música la han definido, aunque, básicamente, quepa distinguir dos tendencias.
La primera de ellas, procede de la filosofía pitagórica y considera que la música está relacionada con las matemáticas, dado que se basa en correspondencias numéricas que se muestran en las distancias entre las notas y la longitud de las cuerdas en los instrumentos. Dichas correspondencias no serían sino el reflejo de la armonía universal, que se basaba toda ella en la proporción matemática. A causa de esto, se suponía también la existencia de una música cósmica, la "Armonía de las Esferas", que sería el sonido que harían los astros al girar.
La segunda de las tendencias se pone, por el contrario, en el lado del oyente y considera fundamental la capacidad de conmover de la música. La conciencia del poder de la música llevará a numerosos autores a clasificar melodías e instrumentos según el tipo de sentimiento que puedan despertar en el oyente e incluso a buscar modelos de música adecuados para cosas tan diversas como la educación o la medicina.
Estas dos ideas, adoptadas por el Cristianismo, permanecerán en la formación de los músicos hasta entrado el siglo XVIII. La segunda tendrá una importancia especial, toda vez que se verá influida por la idea de que el arte debía imitar a la Naturaleza, que será la base de la teoría artística europea hasta comienzos del siglo XX. El resultado es que la música será considerada como un arte de importancia secundaria, que debía ir subordinada a un texto al que se limitaría a ilustrar. Las causas de esto son dos: la primera, la escasa capacidad de la música para imitar, salvo ruidos concretos y de forma muy limitada, y la segunda, relacionada con la capacidad de conmover, el poder que la música podía llegar a tener sobre el alma. Todo ello hace que se considere a la música como un arte potencialmente peligroso, ya que no se dirigía al intelecto, sino al sentimiento del hombre. Por ello, se la subordina al texto y se compara su papel con el del color dentro de un cuadro. Dentro de esta tendencia cabe citar a escritores tan distantes en el tiempo como San Agustín, Leibniz o Rousseau, que incluso llegó a componer una ópera en la que ponía en práctica su teoría.
Por otra parte, la idea pitagórica hará de la música una rama de las matemáticas y, como tal, se enseñará en la Universidad desde la Edad Media dentro de las Artes Liberales que integraban el Quadrivium, Aritmética, Música, Geometría y Astronomía. Más delante, teóricos como Gioseffo Zarlino y compositores como Jean Phillipe Rameau o Johann Sebastian Bach continuarán en la estela del pitagorismo. De la mano de éstos, comenzará a extenderse la música instrumental.
Ya a finales del siglo XVIII, el inicio de las corrientes filosóficas que darán lugar al Romanticismo y la importancia que conceden a lo irracional se plasmará en una consideración completamente opuesta: la música ahora pasa a ser la más importante de las artes por cuanto habla al sentimiento y no a la razón y con ello apela a lo más profundo del ser del hombre. En palabras de Schopenhauer, uno de los muchos filósofos que, ya en el siglo XIX, se ocuparon del tema, "La música expresa lo que hay de metafísico en el mundo, la cosa en sí de cada fenómeno". Esta idea será la que predomine a lo largo de todo el siglo XIX.
A comienzos del siglo XX, la gran ruptura que supone el arte de vanguardia llevará a una diversificación de teorías en las que, no obstante, será posible observar atisbos de las tendencias básicas ya mencionadas, así como de la concepción romántica de la música. Así, el formalismo de la obra de Stravinsky es heredero de la corriente pitagórica en tanto que la música como sentimiento pervive en la obra de Richard Strauss.



 MUSICA A TRAVES DE LOS SIGLOS

Abarca los siglos IV a XVI y comienza por una etapa de orígenes (siglos VI a X) en la que se configura el canto gregoriano (monodia) dentro de la Iglesia y en la que aparecen los primeros ejemplos conocidos de música a varias voces (polifonía), en general sobre temas del canto gregoriano, que sólo se escribía para una voz (monodia). Poco después, comienzan a aparecer los primeros compositores profanos, los trovadores (s. XI) y troveros (trouveres) franceses y los Minnesänger o Minnesinger alemanes (s. XII). Todos ellos componen sus propias melodías y sus textos.
Al mismo tiempo, la polifonía religiosa va avanzando y llega a una primera madurez en las llamadas Escuela de St. Martial de Limoges y Escuela de Nôtre-Dame de París, en la que destacan los maestros Leonin y Perotin. Cercana a la Escuela de Notre-Dame (y a veces identificada con ella) se encuentra el Ars Antiqua (Arte Antiguo, ca. 1240-ca. 1320) en la que se desarrollan géneros como el motete y la canción polifónica y en la que destacan compositores como Jacobus de Lieja, Franco de Colonia o Adam de la Halle.
A continuación, nos encontramos con el Ars Nova (Arte Nuevo, ca. 1320-ca. 1380) Tiene su centro en París y debe su nombre a la obra del compositor Philippe de Vitry, en la que se criticaba la forma de componer del Ars Antiqua (a la que se da este nombre por primera vez) y se proponía la composición a partir de un arte nuevo que buscaría una mayor dificultad formal y que llegaría a su extremo con el Ars Subtilior (Arte más sutil) del siglo XIV. Durante este período, se perfecciona el sistema de escritura musical y se llega a tales atrevimientos en la composición para la Iglesia que el papa Juan XXII llegó a prohibir su interpretación. Ello llevará a la composición de una música más sencilla, aunque la orden papal no parezca haber sido obedecida de forma total, dado que la polifonía prosiguió su desarrollo hasta finales del siglo XVI. De entre los compositores del Ars Nova, destacan el mencionado Vitry y Guillaume de Machaut y de sus logros formales cabe destacar el comienzo de la composición de misas completas. La más antigua conservada es la Misa de Nôtre-Dame de Machaut.
En la primera mitad del siglo XIV, comienza a desarrollarse en Italia el madrigal, género profano compuesto en principio a dos voces que llegará hasta entrado el siglo XVII y que logrará gran éxito, ya que se compuso, en su estilo, por toda Europa. Es el género que marca la transición hacia el Renacimiento.


Se suele indicar como iniciadores del Renacimiento musical al grupo de compositores que se encuentran en la corte de Borgoña bajo los duques Felipe el Bueno (1419-1467) y Carlos el Temerario (1467-1477), donde se encuentran reunidos, entre otros, Guillaume Dufay, Pierre Fontaine, Robert Morton y Gilles Binchois. Por los mismos años, en Inglaterra, John Dunstable compuso según un estilo que, algo anticuado para los compositores del continente, va a inspirarles un aire nuevo, más sencillo, que busca distanciarse del preciosismo formal del Ars Subtilior. Serán Binchois y Dufay los primeros en fijarse en el modelo inglés para imitarlo. Ello se va a traducir en una melodía más fluida y un ritmo más sencillo, con frecuencia de danza. Se conoce a estos compositores como Escuela Franco-Flamenca y dentro de ella destacarán Antonie Busnois, Johannes Ockeghem en la segunda, en la tercera Jean Mouton, Heinrich Isaak, Jacob Obrecht, Josquin Desprez, Nicolás Gombert y Orlando de Lassus.
El viaje de muchos de estos compositores a Italia (así Joaquín, Verdelot, Lassus o Willaert) hace que su estilo influya en el de los compositores italianos, detenidos en la tradición del madrigal primitivo. Esta influencia se hará palpable en la Escuela Romana que florece a mediados del XVI y en la que destacan Constancio Festa, Giovanni María Nannino y, sobre todo, Giovanni Pierluigi da Palestrina. Estos compositores se caracterizarán por mezclar elementos de la tradición franco-flamenco con una sonoridad diferente, así como por lo abundante de su producción religiosa, adecuada ya a las normas musicales del Concilio de Trento. Algo posterior en el tiempo y ya de transición hacia el Barroco es la Escuela Veneciana, que se caracteriza por el empleo de combinaciones de varios coros y por una música de sonoridades ricas y coloristas en la que las voces humanas se mezclan con instrumentos. Destacan en ella Cipriano da Rore, Baldasare Donato y los dos Gabrieli (Andrea y Giovanni).
Los problemas religiosos del Renacimiento se muestran en la música tanto en el lado católico (como hemos visto con la Escuela Romana) como en el protestante, donde se adaptará la música a las necesidades del nuevo culto, que preferirá piezas simples, de estructura sencilla y de carácter popular. Destacan compositores como Hans Leo Hassler, Michael Praetorius o Lukas Ossiander.
En la España del Renacimiento destaca la obra de Cristóbal de Morales, Francisco Guerrero y Tomás Luis de Victoria, tres de los principales compositores del período.


El período barroco se extiende en la música entre, aproximadamente, 1600 y 1750 y se caracteriza, principalmente, por el empleo del bajo continuo, que consiste en que la voz más grave de la pieza suene continuamente y con sus notas imponga la armonía del resto de las partes. Junto a ello, va a destacar el gusto por el contraste, que en el campo musical se muestra en el mayor empleo de instrumentos frente al predominio de las agrupaciones vocales que se habían dado hasta entonces (aunque ya en el Renacimiento se comiencen a publicar obras para conjunto instrumental). Poco a poco, los instrumentos van adquiriendo la misma importancia que los géneros vocales, haciéndose finalmente independientes de éste en el concertó grosso que enfrenta dos grupos de instrumentos, uno más grande que otro, entre los que se busca el contraste de sonido.
Junto a este gusto por el contraste, el interés del Barroco por la representación y por lo espectacular va a dar lugar al nacimiento de dos géneros de gran importancia: la ópera y el oratorio, ambos géneros cantados en los que se desarrolla una historia que en el segundo de los casos no llega a representarse por ser de tema religioso y cantarse en la iglesia. El éxito popular de la ópera hace que la música religiosa acerque a aquella sus estructuras en géneros preexistentes como la misa, el motete o la pasión.
Por su parte, la ópera será el mejor testigo de la evolución de la sociedad del Barroco. Las polémicas en torno a la licitud de la ópera como espectáculo y el nacimiento de la ópera bufa, retrato de la sociedad burguesa que empieza a crearse, marcan la transición hacia el Clasicismo.
En toda la música del Barroco tiene gran importancia de llamada "Teoría de los Afectos", que pretendía que cada tipo de música correspondía con un estado anímico diferente. Ello se plasmará sobre todo en la ópera, pero será frecuente también en la música instrumental, pues se asignaba a cada instrumento una de las situaciones anímicas.
En el período barroco aparece la mayor parte de los géneros que llegan hasta el siglo XX. Así, además de la ópera y el oratorio ya mencionados, surgen géneros instrumentales como la sinfonía, el concierto, la sonata o la suite. Asimismo, es en la época barroca cuando se consolida el sistema tonal que ha de emplear la música europea hasta comienzos del siglo XX.
De entre los compositores principales de este período, destacan Johann Sebastián Bach, George Friedrich Händel, Antonio Vivaldi, Henry Purcell o George Philip Telemann.


El Clasicismo abarca aproximadamente la segunda mitad del siglo XVIII y supone el período que en el resto de las artes es conocido como Neoclasicismo. En música, al no existir apenas vestigios musicales de la antigüedad grecorromana, se emplea el término Clasicismo y se toma como referencia su doctrina estética: medida, número y orden son los cánones clásicos de la composición. Se pretenderá imitar la naturaleza incluso en la música; para ello, se tiende a la simplicidad de formas y a la claridad de líneas.
Desde el Barroco, se llega hasta el Clasicismo a través del llamado Período Galante, que se oponía a la rigidez y la complejidad del Barroco y buscaba una música fácil de comprender en la que la melodía tenía un papel principal. Esta facilidad da paso a la claridad de líneas mencionada, claridad que no significa falta de sentimiento, muy al contrario, pronto serán evidentes en la música las huellas del movimiento poético Sturm und Drang (Tormenta e Impulso) que se plasmarán en el llamado Estilo Sentimental que primará en la música de la Escuela de Manheim. Finalmente, se entiende por Clasicismo Pleno el que abarca los años de Haydn, Mozart y Beethoven, que constituyen la llamada Primera Escuela en Viena.
En los géneros se producen algunos cambios y mientras desaparecen la suite y el concertó grosso y cristalizan la sonata y la sinfonía, se mantienen la ópera, el oratorio, aunque con transformaciones debidas a los cambios en los gustos del público, que se diversifica y busca también argumentos cómicos. Asimismo, se evidencia la importancia del público en la abundancia de música de cámara compuesta y publicada para que los aficionados la interpretaran en veladas domésticas.

La Música en el Romanticismo

El período romántico abarca en la música desde 1800, fecha de la Primera Sinfonía de Beethoven, hasta 1914, fecha del inicio de la Primera Guerra Mundial. Beethoven será el autor que sirva de bisagra entre el Clasicismo y el Romanticismo, pues su formación y buena parte de su obra serán clásicas, pero su actitud como artista será ya plenamente romántica. Beethoven será, además, la figura paradigmática que sirve como modelo a todos los románticos.
El Romanticismo se caracteriza por la búsqueda de lo absoluto que se plasma en la reacción contra los cánones clásicos, la prioridad de la expresión de la propia intimidad y el deseo de conmocionar afectivamente al público. La mencionada búsqueda de lo absoluto se plasma en la consideración de la música como un lenguaje privilegiado capaz de llegar al sentimiento sin pasar por la razón. De esta manera, la música instrumental tendrá gran desarrollo, marcado en buena medida por el deseo del compositor de hacerse con un lenguaje propio, aunque la música vocal conozca también un auge merced a la importancia que se otorga a géneros como la ópera y la canción.
El público se convierte en árbitro del éxito. Los compositores no escriben ya para la nobleza o la Iglesia, sino para el gran público. Al mismo tiempo, los avances tecnológicos en el campo de los instrumentos musicales les otorgan una mejor sonoridad y una mayor capacidad técnica. El piano será el instrumento más afectado por estas mejoras y, a la vez, el que tenga un mayor éxito social, tanto en salas de concierto como en salones particulares.
Los compositores van a buscar un estilo que les distinga y para ello harán un uso muy personal de los procedimientos de composición heredados del Clasicismo. Ello redundará en una debilitación del sistema tonal que se había creado a partir del Barroco.
El Romanticismo se inicia, musicalmente hablando, en la Viena de principios del XIX para acabar alcanzando a Europa entera y a los puntos más europeizados de otros continentes y se caracterizará por los contrastes: el intimismo de la música de cámara o la canción junto a lo aparatoso de la ópera o de la gran orquesta sinfónica, que aumenta cada vez más a lo largo del siglo, o el universalismo y la búsqueda de lo absoluto del genio romántico frente al interés por el folclore que se muestra en la aparición de las escuelas nacionalistas rusa o checa.
También será el siglo XIX el que vea el comienzo de los estudios musicológicos de carácter histórico que permiten conocer numerosas obras del pasado que se habían olvidado.
De entre los compositores destacan, además del mencionado Beethoven, Franz Schubert, Robert Schumann, Johannes Brahms, Férenc Liszt, Felix Mendelssohn, Richard Wagner, Hector Berlioz, Gioacchimo Rossini o Giuseppe Verdi.

La Música en el siglo XX

El siglo XX se va a caracterizar, como en el resto de las artes, por la ruptura con la tradición cultural anterior y por la diversidad de estilos que surge de tal ruptura.
Ya dentro del siglo XIX, comienzan a surgir compositores que buscan un camino nuevo que se aparta de la tradición seguida hasta aquí. Cabe destacar en este aspecto a Claude Debussy y a Maurice Ravel, principales integrantes del Impresionismo francés o a los compositores del Expresionismo alemán. Junto a ellos, aparecen compositores que, como Gustav Mahler o Richard Strauss, llevan a sus últimas consecuencias los logros del Romanticismo en el llamado Post-romanticismo.
No obstante, esta situación se romperá con el deseo de las Vanguardias de romper con la tradición para buscar un sistema musical nuevo. En este campo destacarán los integrantes de la Segunda Escuela de Viena, Alban Berg, Arnold Schönberg y Anton Webern, que cultivarán el Dodecafonismo o uso libre de los doce sonidos de la escala cromática, estilo que se seguirá usando años después de la muerte de sus primeros cultivadores. Ejemplo de estos continuadores serán Luigi Dallapiccola y Olivier Mesiaen.
Otra forma de oposición al espíritu del Romanticismo es el Neoclasicismo, que surge hacia 1920 y que incluye los logros compositivos del Impresionismo y el Expresionismo. La actitud anti romántica se muestra en la importancia que se da a la forma frente al predominio del sentimiento en la música del XIX. Destacan entre sus cultivadores Igor Stravinski, Sergei Prokoviev, Darius Milhaud y Arthur Honegger.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se produce un deseo de recuperación que se manifiesta en una creación que busca agrupar tendencias, desde la tradición clásica a los logros de la Vanguardia, pasando por la música ligera y el empleo de los avances tecnológicos en el campo de la reproducción del sonido. Será excelente ejemplo de esta tendencia el británico Benjamín Broten, que emplea de forma ecléctica los estilos más diversos de acuerdo con el espíritu de la obra a la que se enfrente.
Otras tendencias de postguerra serán la Música Concreta de Pierre Scheffer, la Música Experimental (obras musicales que a menudo se interrelacionan con el teatro, la danza, la plástica y otras artes) del estadounidense John Coge, el Serialismo en el que trabajan George Ligeti y Kristof Penderecki, la Música Electroacústica, iniciada por Eimert y continuada por Stockhausen o el Minimalismo de La Monte Young, Terry Rirey, Steve Reich y Philip Glass.
A pesar de todos los cambios acontecidos, la ópera sigue viva como género e institución. Entre sus principales representantes están el mencionado Benjamin Britten y Hans Werner Henze. No se trata, no obstante, de óperas convencionales, o no siempre, sino que buscan experimentar a la vez con las nuevas tendencias dramáticas y musicales. Asimismo, se recurre otra vez a los antiguos géneros (sinfonías, cuartetos de cuerda) y también a combinaciones de los mismos, aunque sin las profusas explicaciones que la vanguardia de los años cincuenta y sesenta, se sentía obligada a dar para justificar su pluralidad musical.

HISTORIA DE LOS INSTRUMENTOS
Todas las sociedades tienen música vocal y, con alguna excepción, instrumentos. Entre los más sencillos están los palos que se golpean entre sí, los palos con muescas que se frotan, las carracas y las partes del cuerpo que se usan para producir sonido, como las palmas. Estos instrumentos simples se encuentran en muchas de las culturas tribales. En todo el mundo se pueden utilizar como juguetes o para participar en rituales arcaicos.
Los instrumentos con los que contamos en la actualidad proceden, en su mayor parte, de las civilizaciones de la Antigüedad. Muchos de ellos, especialmente de viento y percusión, procedían del Mediterráneo Oriental y llegaron a Europa ya a través de Bizancio, ya por influencia de los musulmanes españoles. Los instrumentos de cuerda que han llegado hasta nosotros se desarrollan, en cambio, a lo largo de los siglos VIII y IX y son de factura europea. No están emparentados por lo tanto (al menos que se sepa) con las arpas sumerias, egipcias o hebreas de las que nos han llegado noticia y reproducciones, pero de las que se desconoce tanto el número exacto de cuerdas como el método de afinación.
Las civilizaciones antiguas cuentan básicamente con instrumentos de percusión y, en estadios algo más avanzados, de viento de fabricación simple y destinados a funciones concretas, tales como la celebración de fiestas o actos religiosos. Los instrumentos de cuerda, en cambio, pertenecen a un estadio más avanzado y, por su menor sonoridad, parecen destinados al cultivo doméstico de la música.
A lo largo de la Edad Media, los instrumentos van a permanecer casi sin cambios. En el Renacimiento se crean las familias completas de instrumentos que conocemos hoy, (cuerda, viento metal, viento madera y percusión), aunque no estén integradas todavía por los mismos instrumentos que en la actualidad, y se perfeccionan el mecanismo y la afinación de los instrumentos más graves. El perfeccionamiento de los mismos instrumentos prosigue a lo largo del Barroco sin que, sustancialmente, se cree ninguno nuevo. Sí que hay, en cambio, nuevas denominaciones debidas a los perfeccionamientos mencionados. El más conocido es el del violín, que pasa de ser conocido como viola alta o viola aguda a recibir el nombre que le damos en la actualidad.
A lo largo de los siglos XVIII y XIX, se van introduciendo novedades como las llaves en las flautas y se van creando nuevos instrumentos, algunos de larga vida como el clarinete y otros más efímeros como el baritón o el arpeggione. Al mismo tiempo, instrumentos con ciertas dificultades se ven progresivamente sustituidos por otros de la misma familia. Éste será el caso de la viola da gamba (uno de los instrumentos graves de la familia de la cuerda), que perderá su lugar en favor del violonchelo.
Fundamental será, en el mismo XVIII, la creación del piano para sustituir al mucho menos sonoro clave. Las posibilidades que el nuevo instrumento abría (mayores aun tras sucesivos perfeccionamientos) serán ampliamente explotadas por los compositores a lo largo de los siglos XIX y XX y darán un aire completamente nuevo tanto a la música para teclado como a la música de cámara. Asimismo, dentro de los instrumentos de tecla, tiene gran interés el desarrollo del órgano. Instrumento ligado a la música de iglesia, seguirá, no obstante, el desarrollo de la música. De este modo, a lo largo del XIX, sumará a su sonoridad característica numerosos registros que tienden a acercar su sonido al de la orquesta.
El siglo XIX es también el siglo de los inicios del coleccionismo, la catalogación y el estudio exhaustivo de los instrumentos. El desarrollo de la musicología y el interés por la música de épocas anteriores se manifestará también en el estudio de esta faceta.
Ya en el siglo XX, será fundamental la creación de instrumentos electrónicos con mucha más potencia sonora y, en ocasiones, con capacidad para imitar a varios instrumentos clásicos. Particularmente importante será el desarrollo del sintetizador, instrumento musical electrónico, que cuenta con un teclado musical y un tablero de control, con el que se pueden diseñar sonidos por la combinación de distintos elementos.

 

La voz humana

Se produce al rozar el aire procedente de los pulmones con las membranas conocidas como cuerdas Vocales, situadas en la laringe. La voz humana es un instrumento melódico, pues sólo puede producir sonidos sucesivos. Comprende una escala de sonidos cuya extensión es, aproximadamente, de seis octavas, desde las voces más agudas hasta las más graves. Las primeras corresponden a voces de mujer o de niño y las segundas, a voces de hombre. De agudo a grave, la voz recibe el nombre de soprano, mezzosoprano y contralto (voces de mujer), tenor, barítono y bajo (voces de hombre). La ventaja de la voz humana sobre los instrumentos musicales está en que es el único instrumento que puede unir la palabra al sonido

Instrumentos de cuerda o Cordófonos

Son aquellos que suenan a través de cuerdas. Se clasifican de la siguiente forma:
a) De arco: violín, viola, violoncelo, contrabajo, viola de amor y viola da gamba.
b) De cuerdas punteadas: arpa, mandolina, bandurria, guitarra y clave.
c) De cuerdas percutidas: piano y clavicémbalo.

Instrumentos de viento

Suenan cuando se sopla a través de ellos. Se clasifican merced al material del que estaban fabricados. Con el paso del tiempo, algunos de ellos, como la flauta, han pasado a ser fabricados con otros materiales, aunque se ha buscado que su sonoridad no se alterase. Por esta causa, se les sigue situando en el mismo grupo.
a) Viento madera: flautín, flauta, clarinete, oboe, corno inglés y fagot.
b) Viento metal: trompeta, corneta, tuba, trompa, saxofón, cornófono.

Forman capítulo aparte instrumentos como el órgano o el acordeón en los que el aire es impulsado por teclas y la armónica, en cuyo sonido interviene de forma fundamental la lengua.

Instrumentos de Percusión

Suenan al ser golpeados y se clasifican de acuerdo a la forma de producción del sonido en Idiófonos (que resuenan en sí mismos, tales como las maracas, los crótalos, etc.) y Membranófonos (que resuenan a través de una membrana (tambores, timbales, etc.).
Una segunda clasificación se lleva a cabo según sean capaces de emitir sonidos afinados o siempre emitan el mismo:
a) De sonidos determinados: timbales, campanas, carillones, juegos de timbales y xilófono.
b) De sonidos indeterminados: bombo, tambor militar, redoblante, pandero, tamboril, platillos, triángulo, tamtam, castañuelas, etc.

Instrumentos mecánicos

Aquellos que reproducen música que ha sido previamente preparada y que se activa mediante algún mecanismo. Son instrumentos como el organillo o la pianola.
Los electrófonos son instrumentos en los que se emplea la corriente eléctrica para hacerlos sonar. Su empleo en las variantes de pop y rock, así como en la llamada Música Electroacústica les convierte en verdaderos protagonistas de la música de nuestros días, cuyas posibilidades no han hecho sino comenzar a desarrollarse.

Agrupaciones musicales

Los instrumentos no actúan solos, sino agrupados en conjuntos ya vocales, como el Coro o instrumentales como la Orquesta, ya mixtos como el Ensamble.

Instrumentación

Disciplina que se encarga del estudio de las posibilidades tímbricas de los instrumentos y de su disposición dentro de una obra concreta. Por su papel en el resultado final de la obra, se ha comparado al color en la pintura. Cuando la instrumentación se realiza para una orquesta, se habla de Orquestación.

GENEROS DE MUSICA


A                                                                                                 
Podemos darnos cuenta de que la música ha transcurrido a través de varios siglos y de una u otra forma ha dejado huella.
Existen demasiados instrumentos de música, al igual que diferentes géneros, pero a veces no nos interesamos sobre este tipo de cosas y nos quedamos solo con la definición que nosotros sabemos.
Al investigar sobre diferentes aspectos de la música nos pareció muy interesante leer y conocer un poco más sobre su historia, y saber sobre su surgimiento, y otras de las cosas más interesantes fue que conocí más géneros de música y algunas de las canciones son buenas.
Este trabajo nos dejo más conocimiento al igual que información más detallada sobre la “música y sus diferentes géneros”, lo cual nos permitió no quedarnos solo con la definición que nosotros sabemos.
Mucha gente piensa que la música de “Marilyn Manson” es satánica al igual q la música de “metal”, pero al investigar y leer mas afondo, pudimos notar que no es así, no es música satánica, si uno escucha las canciones se puede percatar que lo que expresan son acontecimientos que les han pasado en su vida y tratan de expresarlo por medio de la música.
Algo que no podemos negar es que la mayoría de las canciones ya sea desde infantiles hasta canciones de rock, tienen uno que otro mensaje subliminal, pero estos solo pueden identificarse si la canción es reproducida y escuchada al revés, pero es rara la vez que los identificamos pues nunca nos ponemos a escuchar la música al revés.
Así que concluimos con esto esperando que esto les haya ayudado, y hayan aprendido un poco más.





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